¿Por qué no veo lo que tú ves?

Cuando estoy haciendo una lectura con alguien que sabe leer las cartas, muchas veces me preguntan por qué no ven lo que yo veo. Creyendo que aquello que veo se encuentra en las cartas.

¿Se acuerdan de aquel dicho que dice que si una persona se encuentra sola en una isla con un mazo de cartas podría reproducir todo el conocimiento de la Humanidad con éstas? Creo que fue Eliphas Levi quien lo dijo. No es cierto.

Examinemos el proceso de lectura de cartas para entender en qué consiste:

Tenemos una situación real que no conocemos, puede encontrarse situada en el pasado, presente o futuro; y con ayuda de las cartas visualizarla analógicamente y crear una narrativa que la represente para nuestro consultante.

Creo que hasta ahí todos los que se dedican a la cartomancia estarían de acuerdo, pero hay una variable de la ecuación que se les puede pasar por alto. ¿Cómo construyo la narrativa? ¿de dónde saco el material para crear la historia? De mi vida y de la comprensión que tengo del mundo a partir de mi experiencia. Construyo la historia a partir de todo mi saber acerca de las situaciones sobre las que indago, porque sobre situaciones que no sean familiares para mí me resultaría más difícil hacerlo.

Es que para comprender una analogía, debemos tener conocimiento del tema. ¿Cómo entender una analogía médica en un tema de salud si no tenemos conocimiento de fisiología humana?

Las cartas nos muestran una analogía de la situación que tratamos comprender, pero luego debemos comprenderla, llenar cada símbolo con nuestra experiencia para construir una historia. Una radiografía la podemos ver todos, pero sólo un médico puede interpretarla a partir de su experiencia. La radiografía de un animal con una morfología muy distinta a la de un humano, puede resultar compleja de entender para un médico pero no para un veterinario que conozca la especie.

Cuando desconocemos completamente una situación, podemos comenzar a contar lo que vemos en las cartas, y las analogías resonarán en el consultante y podrá ayudarnos a crear la historia. Un personaje con ciertas características puede resultar ser un hermano, otro una cuñada, etc.

Es cierto que con el paso del tiempo y las lecturas, vamos ganando experiencia y comprensión acerca de aquello por lo que nos consultan, de la misma manera que un médico gana comprensión en la interpretación de una radiografía o de unos análisis clínicos.

Podemos enseñar a leer las cartas, pero luego nuestros alumnos deberán aprender a construir narrativas en torno a las analogías que encuentren, lo harán a partir de muchas lecturas y de la comprensión de la vida, particularmente la suya propia.

Los símbolos que tenemos frente a nosotros representan el esqueleto de la historia, pero la carne debemos colocarla nosotros a partir de nuestra propia vida. No podemos ver más allá de lo que podemos ver en nosotro mismos, aunque sí podemos formarnos algunas hipótesis a explorar. Un lector que no conozca sobre la política interna de un país, puede hacerse algunas ideas generales sobre la misma con las cartas, pero no mucho más que eso. Pero si decide enfocarse en este tema, en poco tiempo podrá ir especializándose y proporcionar buenas interpretaciones.

Por ello, si nos quedamos en una isla solos con un mazo de tarot, con éste jamás podremos salir de nuestro mundo interno, de aquello que ya sabemos.

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