¿ES EL PSICOANÁLISIS UNA PSICOLOGÍA O UNA PSICOTERAPIA DE ALGÚN TIPO?

 

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Incluyo dentro de la categoría “psicoanálisis” a todas las escuelas de psicología profunda. Sigmund Freud y sus discípulos, hasta aquellos que se separaron de él y pretendieron desarrollar un enfoque basado en el “inconsciente” intentaron crear una psicología científica, trataron de fundamentar científicamente la expresión de aquello que se llama “formaciones del inconsciente”. No podían concebir una psicología que no fuera científica, porque hacerlo, implicaría ser rechazados por la ciencia y, hasta caricaturizados.

En mi juventud, leía la vida de las personas, fue lo que creí entender de la psicología jungiana, no me gustaba el enfoque freudiano de buscar las causas en el pasado, todo lo que le ocurría a una persona hablaba de ella, no sólo de los problemas supuestamente heredados del pasado. Muchos se daban cuenta de ello, pero creían que, aquello que le ocurría a una persona era buscado por ella misma debido a un inconsciente que trataba de hablar y traer a la conciencia lo reprimido. Este inconsciente era muy listo, como si alguien se fuera a colocar debajo de un piano que cae desde un quinto piso empujado por su inconsciente. Es más, hasta sonaba ridículo la idea de un “inconsciente” tan inteligente que pudiera comandar cada acto de una persona, cuando nadie era capaz de serlo en su estado consciente. Una “inteligencia” que parecía saberlo todo, no podía ser concebida desde la fisiología cerebral. Así nació una idea mística del inconsciente. De aquí el atractivo de las escuelas de psicología profunda que se encontraban más allá de la ciencia hundiendo sus raíces en lo mágico.

De esta manera, el “inconsciente” se convertía en un ente omnisciente que podía comandar cada acto de una persona. La cura pasaba por descubrir “las causas inconscientes” de la enfermedad. Sí, era posible descubrir algunas causas, pero su descubrimiento podía provocar un “insight” liberador, pero de corta duración. La cura llegaba por cambios sutiles en la vida de la persona que resolvieran los problemas reales que la aquejaban. Los insight, por reveladores que fueran, proporcionaban algo de comprensión, pero la comprensión sin resolver los problemas reales no curaba.

Así fue como comenzó una deriva hacia la psicología científica, donde se desarrollaron técnicas curativas reales.

Un dolor de cabeza puede deberse a múltiples causas psicológicas, puede representar un símbolo, un mensaje que necesita ser comprendido, pero una aspirina puede aliviar el dolor de cabeza.

Un médico no puede caer en la tentación de leer los síntomas de una persona como indicadores simbólicos a ser escuchados, necesita curar el cuerpo, podrá guiarse por el símbolo, por lo que el cuerpo quiere decir, pero la cura no vendrá sólo por la comprensión. Todos aquellos que toman la “enfermedad como camino” y pretenden leer por qué a una persona le apareció una úlcera, no pueden curar la úlcera a partir de esta comprensión. Una fractura puede tener causas psicológicas, pero descubrirlas no curará la fractura, habrá que curarla con yeso e inmovilización.

Todo es símbolo, decía Joav Ben-dov, cosa cierta, pero el Universo como símbolo es una cosa y como proceso es otra. Puede constituir un símbolo que tu auto se descomponga, pero sólo un mecánico puede repararlo, entender el mensaje del auto descompuesto no hará que éste se repare solo.

Es verdad que todo es símbolo, pero leer lo que nos ocurre para entender qué nos está ocurriendo, debe proveer información para encontrar una solución, el simple entendimiento no hará que las cosas se solucionen.

Podemos leer las cartas para saber qué hacer a futuro, podemos leer los astros, podemos leer a una persona, pero el conocimiento proporcionado por lo invisible no es capaz de actuar por sí solo.

El inconsciente, que tantos pretenden ubicarlo en el sujeto, no se encuentra en éste. Lo invisible simbólico, que habla a través de tantos medios, no se encuentra en estos. Así como el saber no se encuentra en las cartas, el inconsciente no se encuentra en las personas.

Los psicólogos creadores de escuelas de psicología profunda, no se percataron de que el inconsciente atravesaba a las personas, las empleaba como canales de expresión, pero sin encontrarse en éstas.

De la misma manera que los problemas de las personas no se resuelven leyéndole las cartas, sólo resolviéndolos a partir de la información obtenida, leer simbólicamente a una persona no le servirá de mucho si no posee los recursos para resolver los problemas.

Tienen razón quienes afirman que el psicoanálisis es una pseudociencia, porque sus adeptos no se diferencian mucho de lo que hace un cartomántico, un astrólogo o un chamán.

No hay un inconsciente personal y otro colectivo, el inconsciente es lo invisible hablando a través de las personas o de todo aquello que nos ocurre.