¿Puede confiar en su esposo?

Tarot de oro

Una consultante llega para preguntarme si puede confiar en su esposo, claramente surge la pregunta acerca de los motivos de desconfianza, pero al preguntarle acerca de estos no desea responderme. Lanzo una tirada en cuatro columnas, donde la primera me hablará del preámbulo de la situación, la segunda me dirá cuál es el problema, la tercera aquello que debo saber, y la cuarta el resultado.

En la primera columna rompe los ojos que no se puede confiar demasiado en el marido, ese 5 de copas emergiendo del as de copas culminando en el Bateleur, representa un impulso de exploración en el área sentimental pero fuera del hogar. Aunque no podría afirmar que se haya consumado. A lo mejor al esposo le gusta mandárselas de galán y de seductor, pero sin llegar a consumar el acto. Un Bateleur es un ilusionista, un tramposo, alguien en quien no se puede confiar. Tal vez por ese motivo la consultante no deseó responder a mi pregunta inicial acerca de los motivos por los que tiene dudas. Se huele algo raro, no confía en él, pero tampoco tiene pruebas que confirmen un engaño. Yo mismo no puedo afirmar que lo haya habido. Debe fantasear, debe mirar, debe piropear, pero no ha llegado más lejos de eso. La tercera columna aclarará mejor las cosas. Pero por ahora veamos la segunda que representa el problema. Vaya, no se ve ningún problema, todo está perfecto, una familia con un hijo donde todo parecería estar en su sitio, no falta nada ahí. ¿Cómo podría, entonces, ser éste el problema? Posiblemente porque la consultante tema perderlo. Las dos primeras columnas son las que me inclinan por la hipótesis de que no ha habido engaño, como mucho, algún flirteo del marido y un disimulo que lo confirma. No debemos descartar el hecho de que la personalidad del esposo ha sido representada por el Bateleur. Pero ahora la tercera columna nos da la clave de lo que ocurre. La definí como aquello que debo saber acerca de la situación, y veo dos reinas, la de oros acompañada por el 5 de oros debe representar a la consultante, la de espadas mirando al Bateleur alguien que mete cizaña, mira directamente en la dirección del Bateleur. Para que la consultante entrara en dudas no debería haber bastado la personalidad del esposo, algo más debió intervenir, y esa Reina de espadas se lleva todas las de ganar en este cuadro de sospechas. Preguntada la consultante sobre si su sospecha era alimentada por alguna mujer, admitió que así era. La Reina de espadas tampoco ha visto algo comprometedor, sólo ha tenido sospechas al ver cómo se comporta el marido en situaciones sociales donde no se encuentra la esposa. Se comporta como si fuera un hombre soltero. No sé si ese comportamiento puede ser motivo de divorcio, dependerá del nivel de tolerancia de los involucrados. No me corresponde a mí dar lecciones de ética. Pero la última columna es clave para la consulta pues representa el desenlace.  De las tres cartas dos son muy buenas, el amor de pareja continúa en la pareja, la familia se ve sólida en lo económico, pero hay un Diablo al final. Ese Diablo puede representar tres cosas, que el Bateleur continúa con su estilo de comportamiento de galán seductor en lo social cuando no está su mujer, que puede experimentar una tentación muy fuerte en lo sexual para consumar algún desliz. O que las sospechas de la consultante le coman el coco y no pueda liberarse de sus dudas. Un cuadro con muchas tensiones que difícilmente se resuelvan. Bueno, como ocurre con la mayoría de las parejas. Por ahora el esposo no creo que la haya engañado, como mucho ha fantaseado con hacerlo y existe el peligro de que en algún momento cruce la línea roja. Esa Reina de espadas seguirá pinchando a la consultante. Pero en términos generales, la relación tendrá momentos de gran felicidad. En síntesis, una relación buena, pero con ciertos niveles de peligro, y una buena dosis de desconfianza. Y la desconfianza es el cáncer que termina matando al 90 % de las relaciones.

Entonces, a la pregunta de consulta de si puede confiar en el esposo, me encuentro con un dilema importante a la hora de responder. Para mí la respuesta es que NO, pues apareciendo como el Bateleur no me deja dudas. Pero posiblemente no haya habido engaño, y me arriesgo a destruir un matrimonio respondiendo esto. No me queda más remedio que destacar que no lo ha habido, describir el juego de tensiones presentes, y culminar conque por ahora las cosas irán bien con cierto margen mínimo de peligro. Cómo mucho describir la personalidad del marido destacando que difícilmente sea alguien que transmita confianza, pero así es él y siempre lo supo, y a pesar de todo se casó con él. Así que respondo con el máximo de cautela para no desencadenar un divorcio por simples sospechas. Más adelante podrá volver a consultarme en caso de que ocurra algo que pueda insinuar que el marido cruzó la línea roja, por ahora, agregar temores a alguien asustado no parece una buena medida.

Para peor, tengo la sospecha de que esa Reina de espadas metiendo cizaña, lo hace porque tiene algún interés no confesado por el marido de la consultante. Al punto de sospechar una cuarta posibilidad para el Diablo, representando la tensión sexual de esa Reina de espadas por ese hombre al que no puede acceder.

De cualquier manera, la pregunta es si puede confiar en su esposo y los dos arcanos mayores masculinos son el Bateleur y el Diablo. Así que NO, no puede confiar realmente en él, pero no por algo que haya hecho o hará, sino porque no es un hombre confiable. Pero no se puede condenar a alguien por lo que pueda llegar a hacer o fantasee, sólo por lo que llegue a hacer.

Comentarios

  1. Me siento tentada a comentar cada post que voy leyendo porque tu forma de enfocar el Tarot es casi contestataria y desmitificante, sin obviar la complejidad del sistema adivinatorio y predictivo. Dicho esto, en esta situación tan humana y mundana que describes, yo habría hecho lo mismo... tirar por el medio y evitar males mayores.

    Estoy adentrándme en el Tarot y voy explorando tendencias para centrar la filosofía y ética de mis tiradas (de momento personales) y me da un poco de rabia la superoridad moral que rezuman los que se niegan a hacer tiradas sobre relaciones o terceras personas tanto como los que sólo se dedican eso en plan muy poco edificante. Si no podemos ayudar a las personas como lo necesitan transmitiendo el mensaje de las cartas, sea mundano o espiritual, ya nos estamos situando en ese plano de juicio moral, cierto? Es como lo veo yo. Obviamente, no se trata de hacer tiradas para cometer alguna fechoría, por descontado ...

    En fin, gracias por ir compartiendo. No entiendo todo lo que escribes pues me faltan muchos conocimientos y práctica, pero algo queda, espero!

    Un saludo de nuevo.

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