Los Sueños son muy literales

Estudiando los sueños, además de los clásicos mecanismos de condensación y desplazamiento mencionados por Freud, he observado que estos son muy literales. Posiblemente, en la antigüedad, el primer oráculo fue el de la interpretación de los sueños. Las personas comprendían espontáneamente sus sueños y se guiaban por ellos. Más adelante habrán surgido otras formas adivinatorias, pero el oráculo natural fue el acto de soñar. Y si soñar es un oráculo natural, debería respetar las leyes que rigen el funcionamiento de todos los oráculos; por lo tanto, los sueños deberían ser literales en una primera instancia. Sí, los sueños, al igual que todos los oráculos, son muy literales.

Freud no fue un psicólogo, como le decía Wilhelm Fliess en tono despectivo; Freud era un adivino: leía los sueños y los comportamientos humanos como si fuesen un oráculo. No lo sabía y llamó “inconsciente” a aquello que hablaba a través de las personas. Las voces del inconsciente fueron posteriormente denominadas por Lacan como “formaciones del inconsciente”. La “escucha psicoanalítica” es una escucha orientada a captar esas voces del inconsciente. El objeto de estudio del psicoanálisis son precisamente esas formaciones del inconsciente, esos momentos en que el discurso del paciente o su comportamiento general se interrumpen por un lapsus, frase o acción inesperada, que expresa un sentido simbólico muy claro para quien sabe interpretarlo.

Sin embargo, el fenómeno oracular puede aspirar al estatus de objeto de estudio para constituir una ciencia de algún tipo, pero nunca el de una psicología. De ahí que surjan postulados como el siguiente: las personas saben cosas que no saben que saben. No es así; aquello que habla a través de las personas sabe más que ellas mismas. Las formaciones del inconsciente demuestran que algo, que sabe más que las personas, habla a través de ellas, aunque este saber no les pertenece, de la misma manera que el saber que nos revela un oráculo no nos pertenece; por eso lo consultamos.

Yo leo el comportamiento de las personas y lo que les sucede como si fuera un oráculo, pero no me confundo creyendo que ese saber les pertenece. Sé que lo que habla a través de ellas es lo mismo que se expresa a través de las cartas.

(Bueno, tengo leer las cartas, debido a que me preguntan qué tienen que ver con el texto. ¿Qué entiende la gente por inconsciente? Tenemos el comportamiento consciente o deliberado, y el comportamiento inconsciente, impulsivo, aquel que se nos escapa en ciertos momentos cuando bajamos la guardia. El Loco representa ese comportamiento, y el inconsciente freudiano se expresaría a través de estos impulsos. Pero resulta que estos comportamientos involuntarios poseen un tesoro de saber que el individuo desconoce: un saber simbólico que nos orienta en la comprensión de las personas, como se ve en la Estrella. La cualidad de este saber es similar a la de la Torre: irrumpe violentamente, rompiendo el curso natural del comportamiento humano o incluso de su vida. Muchas veces, esta ruptura se llama "síntoma" y es lo que lleva a una persona a buscar psicoterapia.

El Ermitaño representa al intérprete, quien, gracias a su experiencia de vida, es capaz de leer en estas rupturas el saber de una estructura oculta tras el flujo natural del comportamiento humano. Cada ruptura apunta a una estructura que se encuentra en el trasfondo de la vida de una persona; esa segunda estructura puede llamarse "verdad", como la que Lacan señaló, instando a descubrirla. Por eso, llegó a decir que el inconsciente se estructura como un lenguaje. O, que la locura habla.)

Por este motivo, el Ermitaño espeja al Loco, porque puede leerlo directamente, lee en la locura la verdad que porta.