EL ERROR CONTENIDO EN EL MANTRA DEL mirar espontáneo
Muchas veces he dicho que leo el entorno que me rodea, lo que ocurre de forma espontánea. Le cuento esto a alguien para que pueda prestar atención y, sale a buscar señales en todo, en las cosas más tontas, una piedra en el camino, un papel con una palabra, etc. Alertado del error que cometí con esta persona le pedí que olvidara lo que le había dicho, porque se iba a volver loco prestando atención a cosas intrascendentes. ¿Dónde estaba el error? En la búsqueda activa. Las señales del Universo nos están llegando continuamente, pero poseen una cualidad especial que las distingue, cualidad que no puede apreciarse cuando se las busca activamente. Si comienzo a prestarle atención a todo lo que me rodea me vuelvo loco. Pero ¿cómo le hago entender a alguien con pocas luces que las señales poseen una cualidad especial que las distingue? La psicología de la Gestalt investigó la percepción humana y animal, descubrió que la percepción es fruto de la intencionalidad, en función de nuestras necesidades una forma (gestalt) emerge de un fondo indiferenciado. Si tienes hambre, aquellas cosas de tu entorno que puedan conducirte al alimento cobrarán relevancia y pasarán a primer plano creando una forma que te guiará. Una vez hayas comido, la forma pasará a segundo plano hundiéndose nuevamente en ese fondo indiferenciado hasta que otra necesidad emerja. Vemos en función de lo que necesitamos, la “intencionalidad” conduce a la creación de la percepción, las representaciones son construcciones de nuestro cerebro. No vemos lo que está frente a nosotros, construimos representaciones a partir de nuestras necesidades. Las señales poseen una cualidad especial, nos tocan y sentimos que nos hablan dirigiéndose a nosotros. Nos sorprenden. Por lo que la búsqueda de señales debe ser paradójica, debemos colocarnos en la posición de ser sorprendidos, debemos buscar sin buscar, prestando atención a cosas que pueden ocurrir de forma sorpresiva, pero con un contenido simbólico relevante e indudable. Esta actitud puede equiparse a la atención flotante del psicoanalista, donde le presta atención a todo lo que diga el paciente, pero de forma relajada, hasta que algo salta a primer plano sorprendiéndolo. Prestar atención a algo en particular es uno de los peores errores posibles a la hora de llegar a la verdad. Porque, cuando orientamos la búsqueda nos guiamos por prejuicios y, de seguro que nos alejaremos de la verdad. Nuestras teorías acerca de las cosas nos guiarían y, generalmente estarán equivocadas. La verdad difícilmente se encuentre donde la buscamos. Cuando aplicamos el mantra del mirar las cartas, la mayoría de las personas con pocas luces harán lo que hizo la persona que quiso seguir mi consejo: prestar atención a todo el contenido visual sin ser capaz de discriminar lo que es importante. Este es el motivo por el que podemos reconocer en las descripciones las fuentes de dónde proceden. Durante una lectura de cartas debemos aplicar la “atención flotante”, con la actitud de dejarnos sorprender. Poco a poco lo relevante a la consulta comenzará a pasar a primer plano y se formará una Gestalt que nos hablará. Enseñar esto es de las cosas más complicadas de la cartomancia, por ello, muchos aprenden a leer las tiradas con posiciones predefinidas, esto les ayuda, pero también los limita. La habilidad debe desarrollarse con tableros o tiradas abiertas amplias, que fortalezcan la capacidad del “darse cuenta". O, descubrir cómo se comunican las cartas. Resulta muy difícil de lograr, pero, el mejor camino para bloquear esta destreza es a través del mantra del “mirar espontáneo”, porque con este mantra los alumnos no saben qué mirar y terminan como mi amigo, mirándolo todo sin encontrar el mensaje/señal que buscan. Como no encuentran nada, terminan proyectando sus creencias y expectativas. (Como lo puede hacer el psicoanalista proyectando sus teorías en el contenido verbal de sus clientes.)
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