¿Cómo mejorar mi capacidad de lectura de cartas?

Baraja francesa Royal Optik

Veamos cómo responde la baraja de póker a esta pregunta. Lo primero que noto es que la tirada posee un eje asimétrico o dos partes bien diferenciadas, las primeras tres cartas y las dos últimas. K♣ y J♠ señalan dos partes de la respuesta.

Sin ningún lugar a dudas predomina el negro, los dos personajes pertenecen a los palos negros, son fríos, distantes y las dos cartas pertenecientes a los palos rojos señalan lo que debo agregar a las lecturas para equilibrar un poco las energías.

Yo aparezco representado por el K♣ y la J♠ representa un rasgo en mi lectura que debo mejorar.

El 10♣ representa a mis consultantes y si yo aparezco como un K♣ quiere decir que mi trato es frío, distante, la J♠ indicará que también soy cortante en exceso.

Me gusta resolver problemas a través de las cartas, me gusta predecir con exactitud, lo indican el K♣ y el J♠. Pero los consultantes también buscan contención, empatía, ser escuchados y comprendidos, no tratados como problemas a resolver. El 4♥ es uno de los consejos a seguir, debo ofrecer un ambiente más cálido, no tratar a las personas como clientes sino como personas. El primer consejo consiste en abandonar la distancia con la que trato habitualmente a las personas, volverme un poco más humano. Atender la demanda emocional aunque no me guste.

El J♠ es otro rasgo que me caracteriza, ser cortante, preciso pero cortante. Podría definir mi estilo cartomántico como conductista. No me interesa lo que pase por dentro de las personas porque no es relevante y es el espacio para que los estafadores se explayen, ya que si le cuento a alguien que sentirá algo o que pensará algo, lo sentirá y pensará porque se lo dije. Leo en función de cosas observables y comprobables. Si alguien me consulta para saber si Pepita o Pepito se comunicará, no hablaré de sus sentimientos, del drama emocional que puedan estar viviendo, responderé sí o no. Podré luego dar más información, pero lo importante de la consulta es la predicción objetiva de cosas que pueden ser verificadas. No me interesa hablar del karma, de la sombra, de los arquetipos, y toda esa tontera junguiana y psicológica, porque hacerlo sería versear al consultante.

Pero la segunda carta roja atempera al cortante y brusco J♠. Nuestras palabras poseen un enorme peso en nuestros consultantes, de alguna manera les ayudamos a construir su futuro a partir de las energías que tendrán a favor. Por lo que nuestras interpretaciones deberán diseñarse con el propósito de guiar al consultante en la resolución de sus problemas. Cuidado, no hablo de mentir o caer en la autoayuda con consejos tontos, hablo de medir el efecto de las palabras para generar una resolución de los problemas. No sólo leemos lo que las cartas dicen, porque la información a veces puede ser beneficiosa y otras no. Esto implica decidir cómo presentar las interpretaciones a partir de lo que sabemos que el consultante busca. Asumimos un riesgo calculado en este proceder.

Un J♠ es infantil, no tiene frenos, es impulsivo. Un lector que lee lo que ve sería un J♠, posiblemente haría más daño que bien, el 5♦ como segundo consejo debe ponerle freno y ayudar al cliente a construir un mejor futuro.

Camelia Elías dice que es brutal y lee como el Diablo, bueno, eso es lo que no se debe hacer, hay que agregarle a las lecturas un 4♥+5♦. Este proceso implica un cálculo, un diseño de futuro, un decir medido considerando el peso de las palabras. Decidimos qué decir y qué no, y aquello que decidimos decir lo meditamos mucho presentándolo de forma que contribuya a la resolución de los problemas por los que se consulta.

Si metemos miedo en el cuerpo la persona no será capáz de actuar con eficiencia, si le damos falsas esperanzas lo haremos chocar contra la realidad. Eso de dar ánimos sin fundamento no ayuda en nada y el consultante terminará perdiendo la confianza en nosotros.