Meditando en torno al Mago, el Papa y el Ermitaño

Labyrinth Tarot

Acostumbro distinguir el Mago de los mazos que lo tienen del Bateleur de los mazos Marsella porque implican personajes distintos, pero con una esencia común. El desarrollo de la energía del Bateleur puede culminar en la energía del Mago, que en esencia termina siendo un ilusionista. Pero algo distingue, tanto al Mago como al Bateleur, del Papa o Hierofante y del Ermitaño, los valores. Tanto el Papa como el Ermitaño son buscadores de la verdad en alguna medida, pero el Mago busca un resultado sin importarle tanto el medio o las consecuencias. Como el científico, busca dominar las cosas de este mundo sin preocuparse de una ética que lo ampare.

Vayamos por partes. Hace algunos años le formulé a las cartas una pregunta en torno a la relación entre la ciencia y la filosofía, la tirada comenzaba con el el Mago del Morgan-Greer y finalizaba con el Ermitaño. No tuve dudas acerca del significado de estas cartas, el Mago representaba a la Ciencia y el Ermitaño a la Filosofía. No sólo porque la filosofía pudiera anteceder a la ciencia al punto de que muchos creen que ésta es hija de la filosofía, sino porque la ciencia busca el dominio material sobre los fenómenos de este mundo, y la filosofía, en cambio, encontrarle un sentido a las cosas.

La ciencia siempre parece joven o conducida por jóvenes que buscan controlar y cambiar las cosas, pero sin preguntarse por qué o, hasta dónde. Los temas de ética le corresponden a la filosofía, antes que a la ciencia. La ciencia puede desarrollar técnicas para cambiar nuestro genoma, pero ¿deberíamos hacerlo? La ciencia no puede o no le compete responder a esta pregunta, le corresponde a la filosofía, aunque sean los científicos quienes la respondan. Quiero decir con esto que un actor social puede actuar como científico y a la vez como filósofo. Son funciones distintas, pero pueden asumirlas las mismas personas.

Cuando digo que la ciencia siempre parece joven es porque se encuentra acotada a la comprensión de fenómenos pero la filosofía incluye un marco temporal que permite examinar la experiencia desde una perspectiva histórica y así enmarcar las respuestas en un “sentido”. La filosofía necesita del tiempo histórico para emitir un juicio, la ciencia no tanto, aunque sea acumulativa.

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Muchas veces he dicho que provengo del mundo de la filosofía, pero también de la ciencia, de ahí a que me sienta identificado con el Ermitaño, pero algo le faltaba a la filosofía que me llevó a incursionar en el mundo de las artes adivinatorias: lo sobrenatural. De ahí a que tuviera una doble identificación, tanto con el Ermitaño como con el Papa. No, no soy creyente, pero no veo al Papa como representante de la Iglesia Católica, sino como un testigo y conocedor de lo sobrenatural. Las artes adivinatorias son la clara expresión de lo sobrenatural en nuestra práctica, existen otras manifestaciones, por supuesto, pero con ésta me basta para que entiendan porque la filosofía por sí sola no me bastaba, porque no podía ignorar que en el mundo ocurrían cosas que no podían ser explicadas racionalmente.

La unión de la filosofía con lo sobrenatural une al Papa-Hierofante con el Ermitaño. El Ermitaño no puede buscar su verdad lejos del Papa-Hierofante, aunque no necesita tanto de la ciencia. Aclaro que es menos dependiente de la ciencia, pero no debe ser un ignorante de ésta. Los tres arquetipos se encuentran unidos, pero los dos últimos se encuentran más fuertemente unidos. Posiblemente, un error del enfoque científico sea su alejamiento de los dos arquetipos siguientes, quedando en la etapa de dominio de los fenómenos, lo que puede unir al arquetipo del Mago-Bateleur con el del Diablo. Sin desconocer que el Diablo puede ser, tanto la sombra del Papa como del Mago.

A lo mejor, también debí haber incluido la carta del Diablo en estas meditaciones, porque las cuatro cartas se encuentran relacionadas. Lo sé, todas las cartas del tarot se encuentran relacionadas e, hilando fino terminaría relacionándolas a todas, pero algunas se encuentran más fuertemente unidas. En mi caso, las del Papa-Hierofante con el Ermitaño.