Desconfía de esas débiles impresiones que obtienes al comienzo de una lectura

A veces, a golpe de vista descubrimos lo que nos dicen las cartas, todo está perfectamente claro, otras no. Me he dado cuenta de que la respuesta de las cartas depende de la concentración, debemos tener muy claro aquello que preguntamos y hablarles a las cartas diciéndoles “responde a esto”. Claro, creo que me entienden, no le decimos realmente a las cartas que nos respondan, fortalecemos la intención de obtener una respuesta en concreto, para evitar que las cartas hablen de otras cosas. Cuando responden otra cosa lo hicieron porque no nos encontrábamos enfocados. Posiblemente, a pesar de que todos los cartománticos saben esto, que deben concentrarse (especialmente cuando obligamos a las cartas a aceptar un significador), puede que no perciban las consecuencias filosófico-científicas de este hecho. Estamos controlando con nuestra voluntad el comportamiento de las cartas, aunque no la respuesta, que dependerá de la “verdad” que nos revelarán. 

Prestemos atención a los casos donde la respuesta no es clara, a veces a golpe de vista no entendemos nada a pesar de la concentración inicial. A veces aparecen cartas que no tienen sentido dentro del contexto, nos encontramos frente a un rompecabezas, especialmente cuando empleamos muchas cartas, como ocurre con los tableros, en una línea de 5 ó 7 cartas una que desentone la acomodaremos fácilmente. De cualquier manera, no debemos acomodar nada, esas cartas que rompen el “sentido aparente” son esenciales para la lectura. 

Leo tableros, por lo que me encuentro continuamente con esta situación. 

Voy a realizar un apartado en el texto, porque ahora me doy cuenta sobre el motivo de éste. Hace unos días, un chico en un foro sostenía que bastaban 3 cartas para responder a cualquier pregunta, cosa no cierta, no había forma de que entendiera que no bastaban 3 cartas en la mayoría de las consultas, bastaba con que hubiera varios actores en juego para que 3 cartas no pudieran dar cuenta de la complejidad de los vínculos, complejidad que sólo puede ser captada en tableros, no en líneas o tiradas de posiciones. También conocemos el famoso desafío de Camelia Elías sobre la lectura de tres cartas y la de varios representantes del mundo Marsella que insisten que, con 3 cartas es suficiente para responder a cualquier pregunta. El motivo por el que insisten en la lectura de 3 cartas consiste en que desean disminuir la posibilidad de que aparezcan cartas que no puedan entender en el marco de una tirada. Con Marsella puede resultar más frecuente la aparición de cartas que no se comprendan rápidamente en una lectura. Si una carta fuera de sentido resulta complicado de hacer entrar en el sentido, varias pueden conducir al colapso nervioso del lector. Especialmente si toma mucho vino.

¿Qué hago en estas situaciones? He visto que mucha gente fuerza la lectura acomodando las cartas a lo que creen que ocurrirá, pero piensen en este caso, una chica/o pregunta si su pareja le es infiel. Esta es una de las consultas más peligrosas de responder porque un error puede cargarse una pareja. Ante la mínima duda es preferible no responder, porque la desconfianza del consultante puede atraer la atención del lector y confirmar algo que no ha ocurrido. Bueno, este es el clásico ejemplo que ilustra que 3 cartas no bastan para responder, debemos estar completamente seguros de la respuesta y para ello necesitamos de varios testimonios a favor de una respuesta clara. Y aquí es dónde se encuentra la respuesta a cómo tratar la aparición de cartas difíciles en una tirada. 

Algo que no hago es tratar de emplear la razón para llegar a una respuesta, MIRO las cartas, pero no ese MIRAR TONTO que consiste en no mirar para ver el árbol y no el bosque. Hablo de prestar atención al bosque hasta que emerja con claridad el significado de uno de los árboles que no parece encajar en éste hasta que se vea con claridad cómo encaja. 

Cuando tratamos de resolver un problema al principio llegan respuestas superficiales que están equivocadas, como cuando un ajedrecista se encuentra en una posición difícil, no puede aceptar las primeras ideas porque, de seguro que su adversario las previó y jugó teniéndolas en cuenta. Esas cartas que no encajan representan un problema para nosotros porque desafían lo que estimamos posible. Las primeras impresiones, que muchos consideran “intuición”, estarán casi siempre equivocadas. Nunca tomes por seguras las primeras ideas que te llegan, porque son fruto de la reacción, y las reacciones espontáneas son las que siempre nos inducen a cometer errores. Con una visión de conjunto, presta atención a las cartas que no encajan y observa las ideas que te llegan, las primeras sentirás que son débiles, como cuando opinas sobre un tema sin un verdadero convencimiento de lo que estás exponiendo. Pero luego de un tiempo, algo hace click y tienes un fuerte insight sobre lo que estas cartas expresan. Siempre, las otras cartas iluminarán lo que una en particular está comunicando. Llega un momento donde todo está claro. No deberías comenzar a hablar hasta que hayas leído en tu mente todas las cartas, porque al hacer la lectura mentalmente o por escrito, pasará que descubres nuevas relaciones, nuevas ideas llegan y, es mejor que no te lleguen mientras tienes al consultante delante debido a que los cambios de opinión pueden hacer dudar de tu lectura. También, puede que las “evidencias” que te sostenían se debiliten y debas volver a examinar la tirada hasta que al final todo encaje. 

Una vez que hayas leído completamente, a veces varias veces en tu mente y que sientas que todo encaja a la perfección, puedes expresar tu interpretación, porque una lectura siempre será una interpretación. 

Al comienzo, este proceso resultará doloroso, es lo que desanima a tantos lectores a leer tiradas con muchas cartas, pero una vez que se adquiere experiencia, la cosa se hará mucho más ágil. Basta con ver a tantos lectores leyendo con todo el mazo. Claro, no los encontrarán en Facebook. 

Lo curioso es que, muchos maestros de este arte aconsejan prestarle a atención a las primeras impresiones considerándolas fruto de la intuición, pero la verdadera intuición es la que llega luego de descartar estas primeras ideas y esperar la llegada de las que verdaderamente representan un insight que hace click en nosotros. Las verdaderas intuiciones van acompañadas con aquello que Husserl llamó “evidencia” en su fenomenología trascendental. Sin insight no hay intuición. Ésta se encuentra siempre al final, no al comienzo, porque es fruto de la experiencia. 

Siempre tengo muy presente la famosa frase de Jacques Lacan: "Descubro mientras escribo".

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