La profecía autocumplida

Uno de los grandes beneficios de la cartomancia pasa por el “cortocircuito de la expectativa''. Muchos de los problemas de las personas no son reales, surgen a partir de expectativas catastróficas que, generan cadenas de pensamientos anticipatorios que crean un clima emocional dañino para la salud. Muchas veces se acusa a la cartomancia de generar profecías autocumplidas, lo real es que las expectativas catastróficas son las que las provocan. Aaron T. Beck, psiquiatra estadounidense que parece que vive aún con 100 años de edad, descubrió cómo operaba el proceso de la depresión. Descubrió que sus pacientes deprimidos eran acosados por pensamientos negativos espontáneos. Buena parte de la terapia que desarrolló consistió en enseñarles a descubrir cuando aparecían y cómo neutralizarlos, terapia que se conoce como cognitivo-conductual. No importa la causa que haya generado este estado de cosas, lo que importa es aprender a neutralizar estos pensamientos en su nacimiento o, desaprender el reaccionar con pensamientos negativos a las cosas. Claro, la inmensa mayoría de las personas no son conscientes de cómo crean su vida a partir de expectativas catastróficas y, aquí es donde entra en juego la cartomancia. Es más, así resolví yo este problema en mí, ya que soy muy desconfiado y tengo la tendencia a pensar que siempre va a ocurrir lo peor en todo. Pero con la cartomancia me protejo. Por ejemplo, me acuerdo de la primera vez que encargué un libro por internet, pregunté a las cartas si me llegaría bien y respondieron que sí pero con algo de demora. Asunto resuelto, ya sabía qué iba a pasar y no volví a pensar en el asunto quedándome completamente tranquilo. Si no hubiera hecho esa tirada me habría vuelto loco de preocupación, habría contactado con los vendedores, anticipando que me estaban engañando, me habría peleado con ellos, etc. Es más, hace unos días compré Kéfir a una señora por Mercado Libre, no es la primera vez que tengo búlgaros, pero esta vez parecían muertos, no procesaban la leche, pero las cartas me aconsejaron esperar y que al final comenzarían a actuar como debían hacerlo. De cualquier manera, no les creí, sospechaba que podían haberse equivocado lo que me llevó a preguntar varias veces (cosa que siempre aconsejo no hacer), la respuesta era siempre la misma, esperar que ya se activarían. Primero pensaba echarle la bronca a la señora, pero había sido muy amable durante la venta diciéndome que podía consultarla por cualquier problema, pero no quise hacerlo porque a lo mejor actuó de buena voluntad y algo le pasó a sus búlgaros, así que pensé que lo mejor sería comprarle a otro vendedor. Había tomado la decisión de tirarlos hoy y hacer la nueva compra, pero para mi asombro, la leche se había convertido en un rico Kéfir cremoso. Lo curioso es que cuando le preguntaba a las cartas qué hacer aparecía la Estrella, indicándome claramente que debía colarlos y echarle leche todos los días.

Gracias a poder conocer lo que ocurrirá, me he ahorrado infinidad de problemas en mi vida. Sabiendo que algo se dará a mi favor hace que actúe confiado y todo me sale bien, porque el miedo y la desconfianza en uno mismo lleva a cometer errores. Claro, la autoconfianza no puede decretarse, como muchos creen, debe nacer de una certeza de algún tipo en nuestras capacidades o en el resultado de nuestros proyectos. Saber que salvaras un examen no te vuelve confiado y te descuidas dejando de prepararte, al contrario, porque la gente se deja estar cuando cree que no tendrá éxito en lo que piensa hacer. La confianza en ti mismo te lleva a dar más de ti, la desconfianza genera el autoboicot.

Si las cartas te dicen que algo no se dará tal como esperabas, también es bueno, porque buscarás alternativas viables para lo que buscas.

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