¿Por qué Donald Trump miente tanto?

¿En verdad es necesaria esta pregunta? Todos sabemos porqué miente, porque es un mentiroso, tal vez la duda pase por saber el motivo por el que miente de forma tan burda cuando fácilmente nos enteramos de ello. También puede resultar interesante saber qué nos dice el tarot al respecto.

Como ya saben Trump es de Géminis con ascendente en Leo y la tirada comienza con una carta que atribuyen a Leo, es más, a mí mismo me ha aparecido esta carta con personas de Leo o con ascendente en Leo. La carta representa a la Fuerza, a la necesidad de vencer e imponerse a como dé lugar. A los leoninos les encanta sobresalir, ser el centro de atención. La mujer de la Fuerza le está abriendo la boca al león, y de repente recordé aquella frase que dice: “por la boca muere el pez”. Cuando Trump abre la boca para decir algo generalmente se hunde. Es un hombre que está en conflicto permanente, el 2 de espadas habla de ello. Pero es una carta baja de espadas, por lo que pienso que simplemente actúa como conector de las cartas de los extremos. Hay un conflicto que lo empuja a mentir y ese conflicto se da entre la Fuerza y ese Caballo de bastos. También quiero recordar que las espadas a veces se atribuyen al palo de la mente, y aunque no me guste mucho esta asociación, un carta baja de espadas hablando de la mente de Trump debe decirnos que no hay mucha inteligencia en este hombre, cosa que también sabemos.

Tarot Soprafino

Entonces, ¿dónde está el conflicto que este hombre con poca inteligencia no sabe manejar? Entre su necesidad de imponerse, de aparentar a como dé lugar, a ser el número uno, y un nerviosismo que lo caracteriza por más que luche por esconderlo. La cara de piedra que gusta poner siempre como si todo estuviera bajo control, es una máscara. Una máscara muy rígida, lo que aún la delata más. Aparentar seguridad en sí mismo es una actitud y estilo muy de los presidentes norteamericanos.

Pero la mujer de la Fuerza está tratando de domar a ese león, y ese león representando una naturaleza poco dócil a veces se escapa, sumado al nerviosismo del Caballo de bastos, lleva a entender qué le pasa a este hombre, dos cartas representando con animales la animalidad y un pobre 2 de espadas tratando de conciliar ese conflicto, explica por qué este hombre miente tanto, no puede controlar su necesidad visceral de aparentar y de sobresalir. De ahí a que deba haber alguien cerca como su hija para ponerle algo de freno. Pienso ahora que la primera carta hasta podría representar a la hija controlando al león del padre.

Pero tanta animalidad desbocada resulta difícil de controlar, y las mentiras sólo representan una pequeña muestra del peligro de este hombre en un cargo tan importante. Además, podemos ver una degradación entre la nobleza del león hasta llegar al caballo, animal menos noble. El Caballo de bastos además representa la impulsividad de la inmadurez. Un fuerte impulso para destacar sumado a la inmadurez del Caballero de bastos confirma la formula perfecta para hacer el ridículo una y otra vez ante las cámaras.

Si continuamos observando ahora al Caballero de bastos vemos a un hombre joven paseándose y montando altivo un caballo que en tiempos antiguos representaba la caballería, pero no es un Caballero de espadas, es uno de bastos, lo que transmite nuevamente la sensación de un actuar impulsivo, inmaduro, pienso en los jóvenes mostrando sus músculos ante las chicas. Actitud entendible a las 18 años, no a los 70. Un Caballero de bastos a diferencia de uno de espadas con armadura, es como un chico jugando con una espada de madera, o un palo de Bo japonés para hacer exhibiciones. Pero es que basta ver esa carta donde alguien se pasea como en un caballo de polo con su palito al hombro ante un público femenino atento. Se me viene a la mente aquel librito: El caballero de la armadura rosada. Perdón, oxidada, pero con un Trump tan rosadito no pude evitar fingir el lapsus.

Las cartas transmiten una sensación de confusión en Trump, una gran necesidad de aparentar, especialmente ante el publico femenino, de mostrarse enérgico y decidido con gran poder, negando su edad real y pretendiendo ser un Caballero atlético como los antiguos caballeros andantes. Cosa que también percibimos en su andar, andar muy estudiado y trabajado. Habrán visto que como Obama, camina sin mirar jamás el piso, con la vista en alto, seguro de sí mismo. Sólo que Obama no cometía errores fruto del nerviosismo ante el temor al fracaso. Se muestra seguro y se olvida de las reglas de protocolo, se olvida de su mujer que la deja atrás mientras camina y luego se da cuenta de los errores y trata de enmendarlos, pero ya tarde.

En fin: un falso caballero andante, inmaduro y pretensioso, que no puede dejar de cometer errores cuando lo están observando. Todo por una impulsividad que traiciona su semblante de seguridad.

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