Significados ¿sí o no?

Mal planteado el asunto en el mundo de la cartomancia. No sé si algunos de ustedes ha hecho el experimento de pedirle a alguien que diga todo lo que le viene a la cabeza a partir de una palabra. Mucha gente no sabe qué responder. Evidentemente estas personas no son aptas para la cartomancia. Pero, como sabemos, la cartomancia se sirve de la analogía para operar, cosa que nunca podemos olvidar, pues con mazos completamente escenificados con imágenes claras se tiende a leer de forma literal las imágenes y no de forma analógica. Pero vayamos a donde quiero llegar, un perro puede significar un perro, pero también puede significar muchas otras cosas, como la fidelidad. Un buen ejercicio cartomántico puede consistir en pedirle a alguien que relate todo aquello que se le ocurra a partir de un objeto o elemento simbólico. A mayor número de ideas mayor capacidad cartomántica. Pero volvamos a la imagen de un perro, ¿está mal que recordemos que la fidelidad es un significado posible cuando se lo considera como un símbolo? Lo hacemos continuamente cuando leemos con Lenormand.
 
Hoy martes le pido a Pedro que me cuente todos los significados posibles ante la imagen de un perro. Mañana repito el ejercicio y, posiblemente, me repita algunos de los significados de hoy pero puede que le lleguen otros en los que hoy no había pensado.
 
En ese espacio de observación es por donde puede colarse el error. Con Lenormand se acostumbra crear listas de significados por cada carta y se lee a través de estos. Funciona porque son símbolos muy específicos, pero cuando nos encontramos con mazos abstractos y los símbolos no son tan claros, la cosa cambia. De cualquier manera, hay quienes leen con significados fijos y funciona.
 
Un perro puede tener muchos significados pero hay que aceptar que están acotados, como que todos giraran en torno a la fidelidad, de ahí a que funcione leer con listas cuando leemos con un oráculo como Lenormand, lo mismo ocurre con una montaña, casi todo el mundo verá un obstáculo a superar y no mucho más.
 
El problema es que cuando se clausuran los significados posibles en una lista ocurren dos cosas, la primera es la limitación de posibles significados, la segunda la desvinculación con el objeto-símbolo representado. Supongan que Pedro hubiera anotado los significados que hoy le hubieran llegado sobre la imagen de un perro y trabajara con esta para siempre en la lectura de un oráculo que lo tuviera como símbolo. Cada vez que el perro apareciera no lo vería, porque lo llevaría a la lista de significados, dejaría de leer ya que su interpretación pasaría por la combinación de significados de diferentes listas. Y esto es lo que se critica.
 
Si cada día cuento las ideas que me despierta una imagen, no pierdo el contacto con ésta, muchas de las ideas que me lleguen ya me habrán llegado antes, pero no importa, estaré abierto a muchas nuevas. Y mantendré viva la capacidad de generar ideas en lugar de recombinar las de unas listas. Porque lo que se critica (aunque sin saberlo) es el abandonar la capacidad de generar ideas a partir de una imagen o símbolo. Cada vez que escuchen o lean un poema resonará de forma distinta en ustedes, cada vez será más intensa y selectiva la experiencia, salvo que lean una crítica y la almacenen como aquello que representa el poema. Dejarán de tener una experiencia renovada y cada vez más intensa por un texto fijo escrito por otro, cerrándose a la posibilidad de experimentar por ustedes mismos. Deben encontrar la voz propia nombrando con sus propias palabras la experiencia que tienen de las cosas, deben aprender a hablar. Los niños posean esta capacidad hasta que los adultos les dicen qué deben decir y sentir, a partir de ese momento el niño sólo repetirá las palabras de sus padres. La mayoría de la gente repite las palabras de otros, sus padres, sus maestros, etc. Y esto es lo que se critica cuando se critica el empleo de significados preestablecidos.
 
Además, cuando estoy leyendo las cartas, desconfío de las ideas que ya me han llegado antes, porque corro el riesgo de no estar en contacto con el oráculo, sino con las ideas que ya he atesorado en torno a sus símbolos. Muchos deben haber leído el libro de Suzuki llamado Mente Zen, Mente de principiante. En éste se desarrolla la idea de examinar las cosas como si las viéramos por primera vez, y esta es la actitud con la que debemos leer las cartas. Cuando nos encontremos con las mismas ideas debemos desconfiar de falta de contacto con el oráculo y esperar a que otras lleguen, si no ocurre, puede que simplemente las que se nos han ocurrido sean las correctas.

La Síntesis de mi pensamiento puede resumirse en: cuando leas un oráculo espera la sorpresa, porque sólo cuando te sorprende una idea puedes tener algo de certeza de que vas por buen camino. Mientras sientas que te encuentras con lo conocido desconfía.

Cuando leas las cartas siempre busca encontrar lo que no sabes.

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