El sexo de los personajes en el tarot

CBD Marsella
Hay que aceptar, que cuando alguien comienza a leer el tarot, lo hace a partir de una lista de significados para cada carta, y la imagen apenas se toma en cuenta. Daría lo mismo emplear un tarot que unas cartulinas con el nombre y número de las cartas. Lo vemos con muchos lectores Marsella que leen con significados RWS. De cualquier manera, Marsella necesita de una lógica particular para la lectura de los menores, que no puede ser intuida mirando las cartas, porque mirándolas, no se comprende el significado de los números. Conozco lectores de años que no han sabido cómo acceder a los menores del Marsella porque nadie les explicó que necesitan comprender los números cómo símbolos. Hay imágenes que pueden ser entendidas directamente, pero otras, que en su composición contienen símbolos, deben ser concebidas como imágenes conteniendo símbolos. Una cruz, no puede ser entendida como imagen, si no se la conoce como símbolo, y esto es lo que ocurre con la numerología de los menores del Marsella. Y este es el punto que muchos seguidores de Enrique Enriquez y Tchalai Unger, no llegan a comprender. Es más, en el famoso video llamado Tarology de Enriquez, Markuz Katz en el video le hace esta misma crítica, que un símbolo no puede ser leído como imagen.

Podemos leer imágenes como símbolos cuando su contenido pictórico no es simbólico. Podemos comprender la imagen de un río, de un lobo, de una montaña, pero si en la imagen aparecen símbolos, la lectura sólo puede llevarse a cabo si los comprendemos. Por ejemplo, si en una imagen aparece una palabra escrita, quien no sepa leer no podrá entenderla dentro de la imagen. Reconocerá que hay una palabra, pero se le escapará su significado. Lo mismo si se encontrara escrita en un idioma desconocido para el lector.

Por todo esto, hay que entender, que un lenguaje puede ser visual, siempre y cuando no posea símbolos codificados culturalmente, porque si los contiene, la lectura simbólica de la imagen sólo puede llevarse a cabo si se los comprenden. Si en lugar de palabras la imagen contiene runas, hexagramas del I Ching, o caracteres chinos o hebreos, el desconocimiento de estos, no permitiría incluirlos en la comprensión de la imagen. Por ejemplo, cuando leo un RWS con caracteres hebreos, simplemente los ignoro.

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Pero volviendo a la idea que quería desarrollar, en la etapa de aprendizaje, los estudiantes leen con la ayuda de listas de significados, y no perciben con claridad el contenido pictórico de la carta. Por ejemplo, en el 8 de espadas del RWS, interpretan a alguien que se siente atrapado en una situación de la que no sabe cómo salir, pero este aprisionamiento, puede que sea sólo mental, que se sienta así, pero que en la realidad pudiera liberarse de la situación quitándose la venda de los ojos. Y cuando lee las cartas, el sexo del personaje no influye en la lectura. Lo mismo ocurre con los mayores, donde se lee la idea representada en la carta, pero se ignora el sexo de los personajes. La Emperatriz puede leerse como creatividad, y aplicarse tanto a hombres como mujeres.

La cosa es que el comportamiento de las cartas con estos estudiantes, responde a esta forma. Existe como un divorcio entre la imagen y los significados aprendidos. Pero con el paso del tiempo, el comportamiento de las cartas comienza a modificarse, y el contenido pictórico a imponerse. Este proceso se va dando con el incremento de la capacidad del estudiante para ver la imagen. Todos recordamos nuestro progreso como lectores, donde íbamos descubriendo detalles de las cartas con las lecturas, detalles que se nos podían haber pasado por alto, hasta que en una pregunta se convirtieron en la clave para entender la respuesta. Un día la salamandra del Rey de bastos RWS salto al primer plano durante una lectura, otro día lo hizo el pájaro que está posado en un árbol en La Estrella.

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Llegado a cierto punto, el personaje del 8 de espadas RWS, dejó de ser un personaje que valía tanto para hombres como para mujeres, sino que representaba a una mujer. El Ermitaño comenzó a representar a un hombre, la Emperatriz a una mujer, etc.

Con el incremento para la capacidad de ver las imágenes, se da un proceso de recodificación de éstas. La imagen comienza a saltar al primer plano. En ese punto es cuando la lista de significados comienza a diluirse, y comenzamos a VER. No sólo vemos con mayor nitidez las cartas sino que vemos cómo se comunican entre ellas, qué energía representan y cómo se orienta esa energía para interactuar con la energía de las otras cartas. En ese punto, ya no tenemos palabras-imágenes aisladas, sino que disponemos de frases complejas a descifrar. No tenemos una línea de cinco cartas, tenemos una imagen total formada por las cinco cartas.

Comienzo a considerar como verdadero cartomántico a quien ya no lee carta a carta, sino que lee la tirada como una totalidad. Como diría un gestáltico: la totalidad es mayor a la suma de las partes.

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