Algunas consideraciones sobre el Covid-19

Vivimos en la falsa creencia de que existe una distinción fundamental entre el afuera y el adentro en nuestras vidas. Yo, más lo que ocurre en mi interior, se encuentra separado por mi piel de lo que ocurre en mi entorno. Este paradigma, como se suele promocionar hoy a los sistemas inconscientes de creencias, se ha terminado por imponer en un mundo dominado por la ciencia, donde sujeto y objeto se encuentran perfectamente delimitados y separados. Claro, la física cuántica va revelando que tal vez no sea tan así, pero esta física se encuentra especializada en fenómenos que la mayoría desconoce. La experiencia que hemos construido a partir de Descartes, es la de que existe un mundo externo y un mundo interno completamente independientes uno del otro. Cuando alguien comienza a dudar de esta independencia y sospecha que lo que le ocurre parece estar conectado con su mundo interior, es internado en un psiquiátrico o medicado para tranquilizarlo.

Pero no estoy escribiendo para cualquiera que pase por aquí, lo hago para quienes se encuentran relacionados con las artes adivinatorias, y nosotros poseemos una experiencia algo distinta de la realidad, realidad que no se encuentra dividida. Las cosas que nos ocurren están relacionadas con nosotros, con nuestra vida, y lo que vivimos como interior se encuentra fuertemente entrelazado con el exterior.

Hoy exploraré la experiencia de la Torre, experiencia que rompe con la falsa creencia de que el exterior se encuentra desvinculado de nosotros. ¿Por qué se me ocurre hacerlo hoy? Porque colectivamente a nivel mundial nos encontramos transitando por la experiencia de la Torre.

Muchos se preguntan si el virus fue creado por el hombre o si primero apareció en la naturaleza para luego saltar al hombre. No importa conocer su origen, importa entender su valor simbólico, qué representa para nosotros. Y para entenderlo debemos entender qué condiciones de vida desencadenan la aparición de la Torre en la vida de una persona.

Jung advertía que un terrible peligro amenazaba a la Humanidad, y que sólo una cosa podía salvarnos, que se diera un cataclismo de orden mundial para obligarnos a hacer algo por resolver los problemas que nos aquejan. Esa es la función de la Torre a nivel personal: una crisis de ruptura que te obliga a hacer algo por tu vida, porque sin esta crisis seguirías muerto en vida por siempre.

Imaginen a un hombre, padre de familia, que trabaja en una empresa ganando muy poco pero con un empleo seguro. Se encuentra ahorcado, gana lo justito para sostenerse, puede que le cueste llegar a fin de mes, que no pueda comprarle los útiles escolares a sus hijos, que su esposa le recrimine el estado económico en el que vive, pero que sienta que nada puede hacer para cambiar las cosas, porque no puede perder la seguridad que le ofrece su empleo. Se encuentra seguro pero terriblemente angustiado por la situación económica y por no poder hacer nada para corregirlo, porque no puede arriesgarse a perder su empleo. Sólo una cosa puede salvar a este hombre, la Torre. Ser expulsado al mundo de su falsa seguridad por un despido. La decisión que él no era capaz de tomar la tomó el Universo o, tal vez él mismo a nivel inconsciente. Otra posibilidad es que la terrible tensión que lo animaba terminara por hacer explotar las estructuras que creía firmes y seguras. Así no podía seguir viviendo y fue expulsado violentamente de su falsa sensación de seguridad. Ahora está obligado a hacer algo por su vida y por su familia.

¿Cuántas personas conocen que aseguran que lo mejor que pudo haberles ocurrido en sus vidas fue la experiencia de una Torre que los obligara a hacer aquello que no se animaban a hacer? Algo decidió por ellos.

Esto que puede ocurrirle a un hombre puede ocurrirle a una empresa, un país, al mundo. Acabo de leer que un iceberg del tamaño de New York se ha desprendido de la Antártida. Seguimos calentando el mundo, en mi país estamos entrando en el invierno con temperaturas de 20°. ¿Seguiremos echando basura en los océanos? ¿Seguiremos forzando la extinción de miles de especies animales? ¿Seguiremos destruyendo al mundo sin ningún control? ¿Cuándo vamos a parar con la destrucción del ecosistema? Bueno, si nosotros no somos capaces de detenernos y cambiar de rumbo, algo lo hará por nosotros, algo como este virus y algunos otros que están apareciendo.

Si prestan atención, los países más afectados por el virus son aquellos que más atentan contra el ecosistema o, que poseen un gobierno para el que la vida de las personas importa menos que la economía. El virus parece señalar con el dedo aquello que atenta contra la vida de las personas y el ecosistema. ¿Acaso China no es uno de los países más contaminados y que más contamina? La mascarilla fue en estos últimos años un símbolo del pueblo chino, porque su aire se encontraba tan contaminado que no podían respirarlo directamente.

Muchos hablan de un nuevo orden mundial creyendo que algunos poderosos se encuentran detrás de estos fenómenos de destrucción masiva, pero no, la Torre es alcanzada por el rayo de la necesidad para hacernos despertar. Ojalá llegue un nuevo orden mundial donde la gente se de cuenta del peligro colectivo que experimentamos si no hacemos algo pronto por proteger al mundo. Simbólicamente el virus también destruyó la creencia de que existen fronteras físicas que nos protegen, puedo tirar basura radioactiva en el océano o en países  pobres que por unos dólares sus gobernantes lo permiten, creyendo que así no me afecta, pero no es así, sí me terminará afectando. El virus está atacando a pobres y a ricos, aunque es cierto que los ricos tienen mayor chance de salvarse. También ataca a los mayores. Si debo entender este fenómeno desde el punto de vista simbólico debo preguntarme qué significa que los mayores mueran más. Bueno, cuando una Torre es alcanzada por un rayo el daño no tendrá una precisión quirúrgica, pero a lo mejor podemos encontrar respuesta a esta pregunta. Los mayores son quienes menos poder poseen para actuar y cambiar el estado de cosas por el que nos encontramos atravesando. ¿El virus no nos estará diciendo que quienes menos conciencia tomen sobre el ataque sistemático al ecosistema serán los más perjudicados? Los mayores también representan a los iniciadores del ataque al medio ambiente, porque los jóvenes están tomando conciencia. Los mayores vivían con la esperanza de que la basura que tiraran al océano comenzaría a afectar al mundo cuando ellos ya no se encontrarán en él. Pero no, el rayo está cayendo sobre quienes creen que disponen de tiempo para salvarse de la consecuencia de sus actos. No se salvarán porque ya no queda tiempo.

Creo que el análisis simbólico del virus puede darnos indicaciones de lo que habrá que hacer a futuro para evitar que la Humanidad desaparezca. No hay límites, nadie puede esconderse dentro de una Torre creyendo que lo que lance al exterior no le afectará, porque sí le afectará. Esta es la gran enseñanza del virus. A lo mejor, este virus no es el problema, sino que puede representar el camino de salvación si aprendemos a leerlo. Otra gran enseñanza del virus y de la Torre, es la de que no podemos controlarlo todo, cuando intentamos hacerlo el castillo de naipes que creíamos tan firme se derrumba.

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